lunes, 7 de octubre de 2013
Sergio y Sonia en el Mar de las Calmas: EL PRIVILEGIO DE NADAR EN UN ESPACIO PROTEGIDO
Primero nos dedicamos a hacer turismo. La isla ofrece muchas opciones que uno no se puede perder, como el mirador de Isora, a casi un km del nivel delar en caída casi vertical, sobre el parador de El Hierro. Luego nos fuimos a ver la zona de salida de la prueba de 6500 en Tacorón. Son unas piscinas naturales en un entorno protegido de las inclemencias meteorológicas, y en un entorno único, como es una reserva natural que abre las puertas para nadar la travesía y nada mas llegue el último las vuelve a cerrar. Al llegar al pueblo de la Restinga, la hospitalidad de los lugareños era el ambiente reinante que se percibía con sólo mirarles a la cara, y es que es el pueblo mas alejado de la isla en el cual estos saraos no son habituales. El lleno de alojamientos era total, algo que les viene genial para su economía basada en la pesca casi en su totalidad. Entre los 150 voluntarios de la organización era imposible perderse, con su característica amabilidad de los habitantes canarios.
Tras el set de entrevistas en la plaza nos dirigimos a la charla técnica, lo cual nos dejó encantados con toda la información y medidas de seguridad adoptadas: en mar un gran puñado de embarcaciones, la mayoría de pescadores locales, en tierra un dispositivo de vigilancia y el helicóptero de salvamento, un código de banderas que señalizan lo que acontece en la prueba, tres avituallamientos para la prueba de 6500 y seis para 18000, tres boyas de señalización, un dispositivo capaz de evacuar a todos los nadadores en media hora, salvamento en los botes para lanzarse a asistir a los nadadores que precisen ayuda y que la embarcación no afecte al resto de participantes, buzos preparados para asistir a los nadadores en determinados puntos... Yo no daba crédito, esto sí es una organización, se nota que el gobierno ayuda, porque si no sería imposible este despliegue de medios.
Tras la cena en la zona todo el mundo a la cama; los de 18000, a las 6 tenían que estar con las firmas para saltar al agua a las 8.
Una vez levantados, llegamos a la zona de llegada muy temprano, pudiendo ver el despliegue de medios que allí se estaba montando. Tres relojes electrónicos marcaban los tiempos de cada distancia, los mas madrugadores llevaban una hora nadando, unos auténticos valientes. Al rato nos recogieron las "guaguas" para llevarnos a Tacorón, en donde tuvimos que esperar hora y media por el retraso en la salida de la prueba larga. Hasta alli se desplazaron en barco los de la prueba corta para ver la salida de la prueba y el paso de los dos primeros grupos de 18000, los cuales iban en tres bloques dependiendo del tiempo acreditado. La seguridad era la obsesión de la organización y se notaba. Antes de dar la salida salieron del agua nadadores con alguna picadura de medusa, lo que me hizo temer lo peor al no ir con neopreno. La mayoría iba enfundado en uno lo que me iba a suponer no seguir a grupos de mi ritmo cuando apareciesen las olas en los últimos 3000 metros, donde acababa el. Mar de las Calmas.
En la salida, los adelantamientos se producían sin parar. Yo adelantaba, me pasaban, cogíamos a los ya exhaustos nadadores de 18 km con sus boyas de marcación arrastradas, y un fondo que aparecía a medida que nos acercábamos a la costa; allí, a escasos 100 metros de la costa, el fondo coge decenas de metros de profundidad. No daba crédito a lo que estaba viendo, cientos de peces en medio de un fondo marino único como jamás había visto, agua tan cristalina que parecía estar mirando a través del aire, y todo tipo de rocas, lava volcánica, vegetación.... Y eso que hace unos meses erupcionó un volcán submarino a escasos 2 km. de la llegada, del cual los fondos se están recuperando. Al poco de iniciar la salida veo burbujas a mi lado, lo que me asustó porque no sabia lo que estaba pasando, luego me contaron que eran buceadores que estaban participando en la prueba fotográfica del evento en el cual se premiaría la mejor foto, no sé si alegrarme de no haberlos visto porque hubiera sido terrible para mi corazón!!!
Tras quedar nadando solo al no poder seguir a los nadadores con neopreno y la aparición de oleaje con fuerte viento en contra, me encuentro el primer avituallamiento, en donde me junto a una chica para nadar juntos la cual conseguiría la tercera plaza de su categoría. Las boyas se veían desde bien lejos, pero el fondo me tenia enganchado.
Tras el último avituallamiento comenzaron las picaduras de medusas, pero a esas alturas como si me comían, tenía que llegar. Afortunadamente, las carabelas portuguesas no estaban por la zona, que según contaron los locales abundan, y mas desde la erupción del volcán y los casi 400 grados que tomó el agua de la zona.
La entrada a puerto fue complicada, con mucha corriente en contra, aunque los mas cercanos al espigón entraron mejor, por lo que me contaron.
Al llegar, algún centenar de personas animaban, y el speaker se oía desde el agua. Por fortuna, pude ver el helicóptero de rescate parado, señal de que no tuvo que hacer ningún rescate, lo cual me alegró.
Al llegar, dos personas estaban metidas en el agua ayudando a los nadadores a salir y uno de los organizadores esperaba para dar la mano a todos los finalistas, y mi Sonia esperando con los brazos abiertos, mi gran recompensa de la prueba. Pude ver el tiempo en el reloj oficial que marcaba mi prueba, pero estaba tan exhausto que me dirigí a las duchas habilitadas directamente. Prueba superada.
A continuación un montón de avituallamiento líquido y sólido, seguido de una gran paella, hizo del día una experiencia única. Las historias y vivencias no cesaban entre los asistentes.
De tarde, entrega de trofeos con un gran montaje, el DJ pinchando desde las 9 de la mañana hasta las 8:30 de la tarde y de noche daría una sesión a los asistentes, increíble DJ Leo.
Hubo un nadador del 6500 que hizo podio y aprovecho la ocasión para pedir matrimonio a si novia, la cual dijo SI, muy emotivo.
Tras la cena mi cuerpo no podía mas, nos perdimos la sesión DJ, y ea que había que madrugar para coger el Ferry de vuelta.
Conclusión: gente maravillosa que conocimos (CarolinaVigo, algún inglés, algún castellonés, lugareños de El Hierro...), una prueba única con diferencia, una organización que se volcó en todo momento con el evento cuidando la seguridad de los deportistas ante todo, y siempre con una sonrisa en la cara. En definitiva, me han cautivado con su Mar de las Calmas.
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